aunque en realidad, los siempre no existen.

Tan pronto estás solo, tan pronto estás rodeado de gente que te quiere. Cuando se habla de amistad, no se habla de cualquier cosa, se habla de sentimientos, de sensaciones, de cosas que cada día crecen un poco más hasta extremos infinitos. Se habla de confianza, de poder contarle a alguien las rachas buenas, y las malas. Ahora es cuando tienes que recordar, esa tarta que te ponían cuando cumplías 8 años, decían que tenías que pedir un deseo antes de soplar las velas. ¿Qué desearías? Sí, estoy de acuerdo, desearía que esto nunca terminase, porque cuando todo acaba, ya no queda nada por lo que vivir, y eso, no es lo más bonito del mundo.

¿Juicio final?

Acorde aquí, acorde allá, y ya tuvimos una canción. Entre risas y sudor conseguimos otra. Y así, otras 10 más. Todo un disco hecho, de nuestro puño y letra, de nuestro esfuerzo,  nuestro trabajo. No plagios, no copias, nos decíamos en bajito mientras hacíamos el amor. Eramos brillantes, sinceramente. Tuvimos todo lo que quisimos, y algo más. Conciertos, giras, fama, dinero... pero la avaricia rompe el saco, o eso se suele decir. Poco a poco nos convertimos en animales, haciéndonos notar lo bien que sabíamos jodernos mutuamente. Pesadillas que mutaron a realidades, cuentos de terror de los que sacábamos ideas para hacernos daño. Nuestra historia fue tétrica, llena de lujuria y una vez terminada la pasión a tirarnos los trastos a la cabeza, Querido desconocido, el pasado nos persigue, dentro de poco moriremos mientras tramamos el último asalto, "el gran golpe".